Por Martha Ruiz Corzo

Hoy día regresando de un viaje a Utah, donde recogimos el premio Wangari Mathaai por el trabajo de conservación participativa otorgado por el décimo cuarto Congreso de la IUFRO. De carrerita regreso a Sierra Gorda para participar en el Foro Nacional de Manejo Holístico, donde estamos reunidos los Savory Hubs de México con las Áreas Naturales Protegidas de México, con iniciativas de agricultura y ganadería ecológica, una gran oportunidad para planear una estrategia nacional que responda a la falta de oportunidades económicas y a los efectos del cambio climático: sequías, erosión, suelos improductivos, desertificación, pérdida de hábitat y biodiversidad.

Una reunión llena de ánimo que nos hace sentir la esperanza de formar un grupo determinado a devolver la vida a los suelos y con ello su fertilidad y productividad.

Millones de hectáreas que se podrían sumar para enfrentar el cambio climático, capturando en suelos millones de toneladas y litros de carbono y agua, un frente para recuperar las capacidades biológicas del suelo, la lucha contra la desertificación en un país sediento y con agua tan contaminada, donde nuestro trabajo debería ser importante para todos, no solo para nosotros confederados de la Tierra. Se está haciendo un gran trabajo para el bien común, conservando y regenerando los ecosistemas.

Se trata de transferir conocimiento a productores, técnicos, promotores comunitarios; sensibilización a tomadores de decisiones para incidir en políticas públicas y orientar subsidios y programas; impulsar la adopción de nueva metodologías y herramientas regenerativas.
Por enfrente muchos talleres de capacitacion, intercambio de experiencias, diplomados, formación de educadores holísticos. Desde esta plataforma se conceptualiza de una manera diferente el manejo de los recursos naturales y la generación de oportunidades para la extrema pobreza.
Una ingeniería social viva operando acciones de conservación y prestación de servicios de los ecosistemas, mantenimiento de la biocapacidad. La Naturaleza se regenera continuamente, sin embargo, al ritmo de las necesidades del consumo de materias primas que demanda nuestra sociedad, podríamos acabar con toda la reserva y el legado de capital natural para las futuras generaciones, sin el cual no podrían tener las condiciones que permiten a nuestra sociedad disfrutar de tantos servicios de la naturaleza de los que hoy disfrutamos y ni cuenta nos damos; tomamos por dados ciclos y cadenas tejidos durante millones de años que hicieron posible la vida en el planeta, abusando de un patrimonio que no nos pertenece.
Se trata de revalorar a la Tierra, la vida en el suelo, la provisión de aguas cristalinas, la biodiversidad, los múltiples servicios que nos brindan, y la salud que debería entrar por la boca, con la alimentación, el bien común, emprendimiento individual y colectivo, conciencia en acción: respuesta al cambio climatico global.

Vimos una gran riqueza de proyectos, mucho amor por la Tierra, experiencias en campo, maduros practicantes de la regeneración y la conservación, entusiasmo y corazón, un grupo que nos encargaremos de mantener unido y vigente para que no quede solo en palabras, sino que todos los aquí reunidos dejemos este intercambio con el ánimo encendido y que regresemos a nuestros lugares de origen listos para luchar por el suelo.