Por Esther Díaz

Fuente: Huffington Post

Bañarte, cocinar, usar una computadora, desplazarte en automóvil… casi cualquier actividad que realices lleva aparejada una huella de carbono nada desdeñable. Los que lo saben y se preocupan por ello intentan reducir sus niveles de consumo, reciclar e incluso comer menos carne y utilizar más la bici. Pero con eso sólo no basta.

El Planeta agoniza, se deshiela y se calienta como no lo había hecho en millones de años. Las especies se extinguen a un ritmo frenético y cada vez hay más bocas que alimentar. ¿Quieres dar un paso más en favor de los ecosistemas de los que dependes?

La opción existe y es más sencilla de lo que parece. Se llama Carbono Biodiverso y es un programa pionero en México para la compensación de emisiones de carbono (CO2) que se desarrolla en la Reserva de la Biósfera Sierra Gorda de Querétaro, el área natural protegida más ecodiversa de México.

Desde 2011, Grupo Ecológico Sierra Gorda IAP (GESGIAP), Bosque Sustentable A.C. y Viva Sierra Gorda han desarrollado conjuntamente un mecanismo mediante el cual el pago por tus emisiones de carbono revierte en el cuidado de viejos bosques de encino de la Reserva de la Biósfera y mejora las condiciones de vida de los propietarios de esos ecosistemas, quienes se comprometen a protegerlos.

Gracias a un detallado inventario de las existencias de carbono en los bosques serranos, así como datos del Panel Internacional de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), puedes calcular a cuánto asciende tu huella de carbono anual y a qué superficie de bosque equivale proteger durante ese periodo de tiempo.

Sin vacas ni motosierras

Jaguares, pumas, hocofaisanes y chivizcoyos, todas ellas especies amenazadas, habitan en los bosques que se protegen con Carbono biodiverso y que son custodiados por sus dueños. Así, a cambio del pago que reciben por las compensaciones de carbono de individuos y empresas que buscan ayudar al medio ambiente de manera efectiva, ellos se comprometen a no talar, no cazar y eliminar la ganadería extensiva de sus terrenos.

De esta manera, los árboles jóvenes de los bosques deteriorados comienzan a capturar carbono y la fauna regresa a vivir en libertad en lo que hace décadas, o incluso siglos, fueron sus hábitats originales.

Al mismo tiempo, vacas, ovejas y cabras, que mal manejadas son responsables del deterioro de la vegetación, la erosión de la tierra y la tala de árboles para crear potreros, desaparecen de los predios custodiados, los cuales son previamente seleccionados por GESGIAP por su alta diversidad biológica.

El destino de los animales es la venta para consumo humano, y el propietario beneficiado por la compensación de carbono recibe, además, un ingreso mayor que el que percibirían por su crianza. Adicionalmente, ya no corre el riesgo de pérdidas por enfermedades o muertes de sus animales.

Triple beneficio

Combate al cambio climático, a la pobreza en áreas rurales y protección de la biodiversidad. La terna perfecta para hacer algo efectivo por México es posible si las buenas acciones de personas comprometidas con el ambiente se repiten año tras año.

Para desarrollar este mecanismo y no dejar ningún cabo suelto, GESGIAP lleva casi 30 años trabajando desde el corazón de la Sierra Gorda queretana. Por ello, fue la primera organización en el país en recibir reconocimiento internacional por el desarrollo de estrategias de compensación de carbono en comunidades de alta biodiversidad, maximizando los beneficios para los propietarios locales.

Carbono biodiverso funciona y tiene rostro -el de las 6188 hectáreas que, tan sólo en 2015, han vuelto a ser saludables, y el de los setenta y seite propietarios que este año han salido adelante con las ayudas recibidas-.

Cumplir con el Planeta es ahora más fácil que nunca. ¿Te sumas al reto?

www.planetacarbononeutral.org