de Martha Isabel Ruiz Corzo

Viviendo en el frenesí, en forma veloz, casi sin estar completa en ningún lado, siempre corriendo con un puño de asuntos pendientes, así sin pensarlo hoy estoy en Berlín. El miércoles 5 de marzo nos fue entregado el premio To Do! a tres proyectos de turismo responsable en el planeta:  Cambodia, Irán y Sierra Gorda otorgado por La Fundación Suiza para la Solidaridad en el Turismo en el marco del International Travel Berlin ITB.

Un evento de tremendas dimensiones al que hoy nos toca asistir por una buena razón: este reconocimiento avala el perfil de beneficio social del desarrollo turístico de la Sierra Gorda, razón de nuestro interés y afán por consolidar una línea de Turismo de Naturaleza y Cultura, que marque nuestro territorio con productividad para el combate a la pobreza al tiempo que se  conserva el tesoro biológico del estado.

Días muy fríos, muchas reuniones,  talleres, foros y aprendizaje. Este evento es de un tamaño desconocido para mí, a Dios gracias nos ubicamos rápidamente en el segmento al que pertenecemos, dentro de este universo de oferta y demanda tan diverso, sofisticado y  especializado como el nuestro.

Los paquetes que ofertamos son para un público que espera una experiencia significativa, o encontrar esa especie de ave motivo del viaje, o para grupos que esperan aprender manejo holístico de los recursos o hacer ciclismo en serio. Y por supuesto, para el turista global de tercera edad, que tiene el tiempo y los recursos para viajar por el mundo, para ellos nuestro mejor paquete es una combinación de una mediana aventura en la naturaleza, contacto directo con los micro operadores locales, con artesanas ceramistas, micro empresarias bordadoras, o dueñas de una fondita de la ruta del sabor.

O un paquete especializado para jóvenes-mayores que buscan algo más que un mero paseo, sino  una experiencia vivencial de mayor significancia, entre  santuarios naturales y noches estrelladas, un buen remojón en el Rio Ayutla, o sentarse a comer mangos acabados de cortar hasta saciarse, hornear un pan o preparar unos tamales con un grupo de mujeres en la alegría en la que se mueven, disfrutar su grata compañía y exponerlos a la belleza terapéutica de la Sierra Gorda, a la contemplación de la Naturaleza y el placer de la vida simple.

Hoy día, el reto al interior del Destino, es conseguir mantener y mejorar la calidad en el servicio. Estamos buscando un público de mayor poder adquisitivo y eso significa que estaremos dispuestos a mejorar y pasar la prueba de tener un grupo de europeos en donde todo salga con perfección:  tiempos, sabores, actitudes, higiene, transporte, hospitalidad, donde cada quien cumpla su función, y que podamos atender al público más exigente, que si bien busca una experiencia con la sencillez de la vida del campo, no está dispuesto a sacrificar confort y los servicios que espera tener.

Así, hoy como ayer, estamos en el umbral de un camino nuevo. Llegamos hasta aquí porque hemos construido participativamente una oferta territorial. Hoy día con poco público, sin mayor derrama económica,  lleno solo en los días festivos y de vacaciones, con grandes vacíos. Todos esos huecos los tenemos que bordar hasta que tengamos una oferta bien consolidada, así que ánimo, objetivos concretos, muchas ganas de salir adelante y no parar hasta conseguir esas oportunidades del mundo global, que esperamos alcanzar para escalar el impacto del desarrollo turístico de Sierra Gorda.

Así que estamos listos para abordar la siguiente etapa, sabemos que tenemos que continuar por el bien común, por mejorar la  economía de los serranos, por las montañas de una reserva de la biosfera que alberga con generosidad naturaleza y comunidades.