Por Martha Isabel “Pati” Ruiz Corzo.
Hoy día en Managua, Nicaragua, participando en asamblea del Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF por sus siglas en inglés), organismo internacional en el que 122 países participan desde hace 23 años, con recursos financieros para desarrollar proyectos a favor del medio ambiente a nivel global. Hoy día con líneas de trabajo relativas al cambio climático, la degradación de los suelos y la conservación de la bio-diversidad a nivel global. Compartiendo con organizaciones de la sociedad civil de Latinoamérica, aprendiendo como funcionan estos complicados mecanismos a los que buscamos vincular a nuestras propuestas para México. En particular Sierra Gorda, con la experiencia que nos dio ejecutar un proyecto GEF de escala completa por 8 años, con muchas experiencias que compartir. Sabemos de los demandantes requerimientos de operar un fondo de esta naturaleza, los continuos reportes, las extenuantes evaluaciones externas en donde sin ningún pudor se somete a escrutinio a la organización ejecutora en lo operativo y lo financiero. Además, con financiamiento de contrapartida que demanda tremendos esfuerzos de concertación de recursos financieros y de socios participantes en el proyecto. Recursos públicos, privados y mucha participación de la sociedad civil. Por cada dólar que aporta el GEF, demanda 7 dólares de recursos de contrapartida económica y en especie. Así que para conseguir una gestión exitosa, las organizaciones deben contar con capital en tejido social principalmente, una propuesta muy innovadora, herramientas de concertación de múltiples actores, e institucionalmente contar con las capacidades para la ejecución de los proyectos, organizaciones con trayectoria exitosa. Actualmente, estamos buscando de nuevo un financiamiento para la replicación de 4 líneas estratégicas de la experiencia de Sierra Gorda y llevar estas herramientas exitosas a otros estados del país: Manejo regenerativo de suelos, con herramientas de punta que permiten la recuperación de la productividad agropecuaria, a la vez que captura carbono y agua, formando esponjas bajo las tierras en regeneración. Un mecanismo estatal de compensaciones de carbono en suelos y en bosques, en donde los propietarios reciben incentivos por la provisión de los servicios de los ecosistemas, asegurando la recuperación de bosques degradados excluyendo el ganado del pastoreo bajo los bosques, haciendo a un lado la tremenda amenaza de los incendios provocados. El desarrollo de micro-empresarios turísticos, fortaleciendo a la extrema pobreza, habilitándolos para ofertar servicios dignos y buscar la valorización de la belleza escénica a favor de sus propietarios. Y por supuesto, el fortalecimiento de la sociedad civil a la que pertenezco y en la que creo. Pues los graves problemas del medio ambiente, con nuestra casa la Tierra tan abusada por los intereses utilitarios de nuestra sociedad de consumo, jamás satisfecha, demandando sacrificar más al planeta, sólo pueden ser enfrentados con una ciudadanía consciente e involucrada en su solución. Por lo que esperamos que la providencia actúe a favor y vote a favor de Sierra Gorda, que está lista para compartir sus herramientas y aprendizajes, pues tenemos entre ceja y ceja levantar una ola nacional. Soñamos con reverdecer a México.