Carbono biodiverso: un marco práctico para regenerar el patrimonio natural

La historia

En la Reserva de la Biosfera de Sierra Gorda se está poniendo en práctica un modelo de Carbono Biodiverso. El modelo combina la mitigación del cambio climático, el secuestro de carbono y la regeneración del patrimonio natural de México.

Donaciano Chávez Márquez es propietario de 55 hectáreas de bosque en la Reserva de la Biosfera Sierra Gorda, en Querétaro, México. Desde hace 8 años, recibe pagos para mantener el ganado fuera de sus tierras y permitir que el bosque se regenere. Esto forma parte de un modelo de “Carbono Biodiverso” desarrollado por el Grupo Ecológico Sierra Gorda (GESG), que busca regenerar los bosques de roble a la vez que ofrece a los propietarios beneficios económicos. Donaciano: “He recibido varios pagos a lo largo de los años que me han ayudado a mantener mi cercado en buenas condiciones, y he retirado el ganado de mis tierras, sólo lo dejo para que se mantenga y para que los animales silvestres estén allí.”

Oportunidad para la conservación comunitaria

Los bosques cubren más de un tercio de México. Y desde la Revolución Mexicana, a principios del siglo XX, más del 80% de los bosques han sido controlados por las comunidades locales. Sin embargo, la gestión forestal insostenible está muy extendida. Muchas comunidades utilizan el bosque antiguo como agostaderos, es decir, como áreas de ramoneo. La sobrecarga de ganado provoca una grave degradación y reduce el potencial de los bosques para absorber carbono y mitigar el cambio climático. Entre 2002 y 2018, México perdió más de 500.000 hectáreas de bosque primario. Por ello, reducir el manejo insostenible de la ganadería es clave para proteger los bosques de México.

El Grupo Ecológico Sierra Gorda -una organización fundada por la comunidad- trabaja desde 1987 para proteger los bosques templados y de niebla de la Reserva de la Biosfera Sierra Gorda. Esta reserva de la biosfera cubre el 33% del estado de Querétaro. En un estado saludable, los bosques de la Sierra Gorda actúan como enormes sumideros de carbono y como hogar de una abundante biodiversidad: la zona es un microcosmos del patrimonio natural mexicano (información aquí). El modelo “Carbono Biodiverso” reconoce esto y hace coincidir la protección y regeneración de los bosques con los beneficios para la comunidad local.

 Regeneración natural de los bosques

El GESG considera que la regeneración natural es la mejor manera de proteger y restaurar los bosques. Esto significa simplemente cercar una zona para mantener el ganado fuera, para detener el ramoneo y permitir que el bosque se recupere naturalmente. “La regeneración natural mediante la exclusión del ganado muestra resultados increíbles”, dice Chava Rivas, responsable de proyectos forestales del GESG, “hemos visto regenerarse 15 especies forestales en una hectárea de bosque”.

Los estudios que comparan el carbono capturado en la biomasa entre los bosques degradados por el ramoneo del ganado y las parcelas de regeneración natural son sorprendentes. La retirada del ganado supone una media de 3,96 toneladas de CO2 adicionales capturadas por hectárea y año. Y para los propietarios de tierras como Donaciano, el impacto se acumula: su parcela de 55 hectáreas captura un total de 326 toneladas de CO2 al año. Donaciano ve claramente el impacto: “La finca de mi vecino todavía tiene algunas vacas y cuando la comparas con la mía puedes ver una gran diferencia en que está más llena de vegetación y parece más viva”.

Crear protocolos locales

El GESG ha desarrollado protocolos locales para garantizar que los pagos por la captura de carbono lleguen a los propietarios locales de las tierra. “Muchos de los propietarios de tierras con los que trabajamos viven en la extrema pobreza y no pueden cumplir los requisitos de los protocolos internacionales”, explica Chava. “Aceptamos una carta de posesión para que los requisitos sean accesibles a la población local”.

Se está construyendo una base de datos para apoyar a 30 propietarios que cubren 2.098 hectáreas de bosques templados y nublados. El carbono que estos propietarios capturen pasará por el mecanismo local de Querétaro para el pago de servicios ambientales. Todos los propietarios de vehículos en el estado pagan un modesto impuesto junto con la renovación anual de sus matrículas, mitigando así sus emisiones personales, lo que conecta a los habitantes de Querétaro con la regeneración de su patrimonio natural.

Ampliar el carbono biodiverso

Según Laura Pérez-Arce, coordinadora del GESG, el Modelo de Carbono Biodiverso es eficaz para regenerar los bosques y crear incentivos para los propietarios locales: “Hemos desarrollado un marco voluntario para compensar las emisiones de carbono, verificado según las directrices de la ICAT [Iniciativa para la Transparencia de la Acción Climática], con protocolos y procedimientos viables, para cuantificar la cantidad de carbono en los bosques de roble locales. Este marco ha producido beneficios económicos palpables que superan claramente los costes de oportunidad”.

El GESG tiene previsto apoyar a otras ONG de la biorregión para que adopten el modelo de Carbono Biodiverso. “No queremos que la gente tenga que pasar por la misma curva de aprendizaje. Nosotros podemos decir cuáles son los fundamentos, esto es lo que hemos aprendido sobre los mecanismos de financiación a nivel estatal, y estas son las herramientas: adáptalas a donde estés”, explica Laura.

Para ampliar la escala a nivel nacional, necesitan desbloquear otro nivel de financiación. Laura: “Estamos hablando de fortalecer el modelo y la infraestructura de la sociedad civil local para contar con un brazo operativo en la colaboración con el Gobierno. Por lo tanto, necesitamos la financiación que pueda generar el gobierno estatal”.

Una forma eficaz de regenerar los bosques

El Carbono Biodiverso es una forma eficaz y beneficiosa de vincular el desarrollo económico con los ecosistemas forestales. Regenerar los bosques es algo más que mitigar el carbono. También se trata de restaurar el hábitat perdido para la biodiversidad y los animales. La Sierra Gorda alberga muchas especies muy amenazadas, como la Gallina de Monte (Dendrortyx barbatus), que dependen de los bosques para su existencia. Con un pago adecuado por la protección de los bosques, los propietarios de las tierras están mucho más conectados con su patrimonio natural y con el proceso de regeneración.

“Durante estos años he notado cómo toda la propiedad se ha cubierto de vegetación, creciendo muchos cedros y robles pequeños y conservando también muchos maduros”, explica Donaciano, “he visto rastros de ciervos, conejos, zorros y algún felino, quizás un puma. Pasan por mi propiedad y siguen su camino”.

Tomado de: Biodiverse carbon: a practical framework for regenerating natural heritage