Por Martha Ruiz Corzo
Durante el pasado congreso de la IUFRO; que tuvo como sede Salt Lake City, Utah, fuimos honrados con el premio Wangari Maathai. Este premio lleva el nombre de una gran mujer, ícono de todos nuestros respetos, un luminoso personaje de la historia del planeta, ciudadana global e imperecedera, que ejerció todos sus dones para dejar su legado: una enseñanza y huella verde. Muy entusiasmados regresamos por haber recibido este reconocimiento, seguros que desde la Sierra Gorda estamos siguiendo su ejemplo. ¡Salud, por ese hermoso Espíritu de la Tierra!
Grupo Ecológico Sierra Gorda es una organización de la sociedad civil con 27 años de trabajo y logros concretos para la conservación de la biodiversidad, a través de una estrategia participativa con las comunidades locales en las que está inmersa mediante la formación de una cultura sustentable.
Con herramientas para un manejo regenerativo de los recursos, para enfrentar la desertificación y el cambio climático, con valores económicos nuevos para los servicios de los bosques, valorización de la belleza escénica y fortalecimiento de las capacidades de microempresarios y dueños de la tierra.
Con desarrollo económico y social y nuevas destrezas productivas, todo un tejido para conseguir la conservación de los valiosos refugios de biodiversidad que custodiamos desde el corazón de México. El ejercicio pleno del concepto Hombre y Biosfera de Unesco, como reserva MAB que somos.
El territorio que abarca la Reserva de la Biosfera Sierra Gorda, es privilegiado en muchos sentidos. La reserva más ecodiversa de una de las 10 naciones megadiversas a nivel mundial; de matorrales xerófilos a bosques de niebla, templados, ribereños y tropicales, que albergan 110 especies de mamíferos, 339 de aves, 134 de herpetofauna, 800 de mariposas y 27 de peces.
Sierra Gorda es la única área federal protegida surgida desde la base social, donde por nuestra gestión se consiguió en 1997 el decreto de Reserva de la Biosfera, co-participando en forma muy directa en la administración del territorio.
La Reserva cubre el 33% del estado de Querétaro bajo maneo de conservación, 97% de la tierra en posesión de 638 comunidades de extrema pobreza paradas en el tiempo, poblaciones creciendo que demandan servicios y empleo, un contexto desorganizado y sin rumbo, políticas públicas y financiamiento institucional alentando un manejo de recursos contrario a la conservación, suelos improductivos envenenados por agroquímicos, desertificación, bosques sin valor económico para sus poseedores.
Debemos aprender e innovar para generar respuestas legislativas efectivas que respondan a los efectos del cambio climático, que articulen una respuesta efectiva a la emergencia global y nos permitan regenerar los suelos empobrecidos y formar sumideros para capturar carbono y agua, necesitamos fomentar novedosas prácticas regenerativas que pueden ser de gran impacto en la mitigación del cambio climático global.
Urge generar valor económico para los servicios de captura y almacenaje de carbono bajo un interesante esquema en donde a nivel estatal, con un paquete de pequeñas cargas fiscales se genere el financiamiento para pago de compensaciones de carbono a los dueños de los bosques; soluciones locales a protocolos globales.
Nuestro tesoro, el área natural protegida más ecodiversa de México, el tapiz de la naturaleza y su sabiduría está en riesgo. Esta magnífica biosfera llena de formas de vida, en cuyos procesos estamos envueltos, no nos pertenece, nos cobija y alberga valores y servicios no solo materiales, sino espirituales y de salud mental. Nuestro planeta es único y enfrenta un riesgo de dimensiones globales, urge pensar y actuar con amor haciendo sabio el conocimiento, con veneración por la inteligencia inmanente y dinámica en la que estamos inmersos.