En lo más alto del municipio de Pinal de Amoles se encuentra un área donde las coníferas parecen alcanzar el cielo y se encuentran en gran número, tanto por abundancia como por diversidad. Se trata del Cerro de la Pingüica, la máxima elevación en la Sierra Gorda con sus 3160 msnm y las demás elevaciones asociadas, que con su altura y diferentes exposiciones proporcionan el clima y condiciones necesarias para que en sólo esa área se encuentren 13 especies distintas de coníferas de 6 géneros distintos, algo espectacular y que muestra el porqué para los expertos en coníferas la Sierra Gorda es uno de los sitios que sostiene poblaciones ancestrales de las mismas en México. En esas alturas se encuentra la única población en el estado de Querétaro de abetos Douglas (Pseudotsuga menziessii), una especie común en las montañas Rocallosas de Estados Unidos y Canadá y presente en la Sierra Gorda como resultado de su historia geológica; un colono que bajó hasta esta latitud merced a las glaciaciones y bajas temperaturas. Y sin embargo a su lado se puede encontrar un monumental agave, que nos recuerda que nos encontramos en el centro de México. Estas elevaciones forman un parte-aguas y sombra de lluvia; hacia el este y norte la humedad y verdura, mientras en la vertiente de sotavento de la sierra, en la árida cuenca del Extoraz, uno de los desiertos más antiguos y estables de México.
Visitar esa área es siempre un privilegio; desde esa área se pueden apreciar amaneceres en todo su esplendor con una amplia perspectiva de la Sierra Madre, cañones repletos de coníferas y encinos, “mares de niebla” cuando un frente frío inunda a la sierra con sus nubes y sólo los picos más altos sobresalen o cielos increíblemente cuajados de estrellas, que se antojan más cercanas debido a la altura. Por todo lo anterior es un área que se presta de la mejor manera para cazar imágenes y documentar paisajes y ecosistemas que muchos habitantes del estado de Querétaro no saben que forman parte de nuestro patrimonio.