Con tantas celebraciones, tanto regocijo popular, me pregunto si es solidario, si hay derecho al derroche cuando tantas familias quedan empobrecidas, cuando los recursos naturales del país, van perdiendo terreno, cuando los trabajos de conservación, restauración y desarrollo comunitario, quedan soslayados, sin recursos financieros y sin que esto sea un tema en la Agenda Nacional, aunque las evidencias del colapso ambiental son lo cotidiano, parece no conseguir posicionarse el Patrimonio Natural del pais, o del planeta, como un asunto de Seguridad Nacional. Hasta donde hemos de llegar antes de que la sociedad civil asuma sus responsabilidades y derechos y alce su voz, como una fuerza de trabajo, con conocimiento y capacidades de concertación en la defensa de la bio-capacidad de la Tierra.
La Sierra Gorda, tesoro nacional, última área bien conservada en el centro de México, con sus bosques y selvas, sus preciados servicios ecosistémicos, en una búsqueda por darle un valor económico a sus propietarios, generar oportunidades de desarrollo social y económico alrededor de la conservación y la restauración de los recursos naturales, ha venido monitoreando sus vitales servicios, hoy día ya no son intangibles los servicios del bosque, sabemos del equilibrio térmico que nos brindan, de la captura hidrológica y de bióxido de carbono y el mágico tejido de la naturaleza, la biodiversidad, y como testigo la magnífica presencia de los bosques, alimento espiritual que nos brinda gozo y equilibrio.